jueves, 18 de julio de 2013

EL MIEDO A LA MUERTE, 2

Pero empecemos por analizar la filosofía pesimista de Schopenhauer para entender el porqué es preciso rechazar tajantamente esa filosofía... Schopenhauer parte de Kant para adoctrinar que la cosa en sí kantiana es una voluntad, es decir, un impulso ciego, estólido, que no tiene sentido, que es insaciable, que se muerde la propia cola, que se hace daño a sí mismo (según el budismo), una voluntad de vida que precisamente lo único que le interesa es la vida, el instinto de conservación. Según Schopenhauer, esta voluntad de vida no sólo es la cosa en sí, sino que también se manifiesta en todo, en todas y cada una de sus representaciones. Es decir, es una voluntad tanto inmanente como trascendente. Para decirlo en tres palabras: es una voluntad panenteísta. Ahora bien, yo tengo varias objeciones contra esa voluntad: en primera instancia, considero que no se trata de una voluntad de vivir, sino de sobrevivir, es decir, es miedo a la muerte, y nada más. 
    En segundo término, se debe considerar que esa voluntad de vida, mejor dicho: voluntad de sobrevivir, no tiene como foco principal a la sexualidad, sino al dinero. La repulsa que el filósofo pesimista sentía hacia la sexualidad tan sana es uno de los puntos importantes por los que yo me opongo radicalmente a la filosofía de Schopenhauer: hablando coloquialmente, se odia a la sexualidad porque se odia a la vida, pues todos sabemos que la sexualidad es la fuente de la vida. Y precisamente una de mis grandes aportaciones filosóficas fue señalar que el hombre, en especial, el cristiano, calumnia a la sana sexualidad por esa hostilidad hacia la vida. Lo mismo vale para Schopenhauer, uno de los más grandes calumniadores de la sana sexualidad. Es el dinero, y no el sexo, el foco de la voluntad de sobrevivir, es el afán de poseer, de amasar fortunas, una de las peores lacras de este mundo. La avaricia capitalista es miedo a la muerte, y nada más. Pero negar a la muerte implica negar a la vida, por tanto, para decirle Sí a la vida, hay que decirlo No:- al Kapitalismo.
    

No hay comentarios:

Publicar un comentario