No infravaloremos esto: nosotros los libres de espíritus, los espíritus ligeros conocemos el origen de todas las necedades humanas, de todas sus desdichas, de todos sus dolores, de todos sus miedos, de todo su odio, violencia, resentimiento, y no es otra cosa que la conciencia. En efecto, es la conciencia de la mortalidad la que engendra el resentimiento contra la vida, resentimiento que se transforma en violencia, en ira, en rabia. Es el miedo, y aún más la angustia de la vida, lo que ocasiona esta hostilidad contra la vida misma que origina las pulsiones autodestructivas del hombre. Es por ello que nosotros podemos afirmar que el hombre es el más imperfecto de los animales, el más enfermizo, el más desviado peligrosamente de sus instintos, el único que reniega de la vida, de la realidad y de la naturaleza.
Este alejamiento de la realidad misma, esta hostilidad contra la vida, contra el mundo que lo rodea, no tiene parangón alguno en el reino animal: allí se vive de acuerdo a los instintos, la inteligencia, poca o mucha, está al servicio de la vida, mientras que en el hombre ocurre con demasiada frecuencia que la inteligencia misma es un atentado contra la vida (para corroborar esto sólo hace falta leer a esos charlatanes de feria que se las dan de filósofos). El hombre es una tortuga que desconfía de sus propios sentidos, que los difama, que retrae sobre sí mismo sus sentidos para evitar cualquier contacto con la realidad, que intenta interrumpir cualquier contacto con las cosas terrenales (a las que considera dañinas), que intenta despojarse de su envoltura mortal (a la que considera fruto del pecado, de un yerro eterno). A esta estulticia infinita las religiones la han considerado como su mayor acierto, como su mayor logro...
Digámoslo una vez más: el hombre es una involución, la conciencia de la muerte, que es la que genera el resentimiento contra la vida, es el mayor retroceso en la historia del Universo. Es esta conciencia la que ha ocasionado que el hombre reniegue de su parte animal que es inexorable, es esta conciencia perversa la que ha dictado sentencia contra el cuerpo, contra el mundo mismo, al que llama <valle de lágrimas>. Es la conciencia la que ocasiona que el hombre sea el animal más desdichado, el más enfermizo, el más trastornado... No obstante, este triunfo de la conciencia sobre el cuerpo, sobre la envoltura mortal, es considerado por muchos el mayor progreso que ha conseguido el hombre... La mayor estupidez que existe en el Universo es:- la conciencia...